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A continuación comparto algunos testimonios de pacientes que han sido beneficiados con mis terapias y que han obtenido excelentes resultados para el tratamiento de sus patologías:
Cuando decidí buscar ayuda psicológica con hipnosis, no sabía exactamente qué esperar. Llevaba años lidiando con ansiedad y miedos que no podía explicar del todo. Mónica me sugirió trabajar con una regresión en edad para explorar si había algo en mi pasado que estuviera influyendo en cómo me sentía en el presente. Durante las sesiones, me sorprendió cómo mi mente fue llevándome a momentos específicos de mi pasado que ya había olvidado por completo. Reviví situaciones que parecían insignificantes, pero al analizarlas me di cuenta de cómo habían dejado una huella emocional profunda. Poco a poco, esas experiencias dejaron de tener tanto peso y empecé a entender mejor por qué reaccionaba de cierta manera en mi vida diaria. La hipnosis me ayudó a reconectar con esas partes de mí que estaban afectando mi bienestar sin que me diera cuenta, y ahora me siento más tranquilo y con más control sobre mis emociones. Fue un proceso sanador. Gracias Mónica por tu trabajo.
En la actualidad tengo 20 años y soy deportista de alto rendimiento y desde que era pequeña, siempre soñé con ser deportista. Sin embargo, a medida que crecía, comencé a enfrentar una presión abrumadora para sobresalir. Con el tiempo, la ansiedad y el miedo a no cumplir con las expectativas comenzaron a afectar mi rendimiento. Cada vez que competía, me llenaba de nervios y dudas, lo que me llevó a pensar que no podía seguir así. Fue entonces cuando decidí buscar ayuda a través de la hipnosis. Mi terapeuta Mónica Acosta me hizo sentir cómoda y me guio a un estado profundo de relajación. Durante nuestras sesiones, pude explorar los miedos que me estaban bloqueando y aprender a enfrentar mi ansiedad. La hipnosis me ayudó a visualizar mis competencias y a imaginarme compitiendo con confianza y calma. A medida que avanzaban las sesiones, empecé a notar un cambio significativo en mi forma de pensar. Aprendí a reprogramar mis pensamientos negativos y a reemplazarlos con afirmaciones positivas. Empecé a disfrutar más de mis entrenamientos y competiciones, ya que me sentía más enfocada y menos ansiosa. Después de varias sesiones, participé en una competencia importante. En lugar de sentirme abrumada por el miedo, recordé las técnicas de relajación y visualización que había aprendido en la hipnosis. Me sentí en control y confiada. Al final, obtuve un resultado que superó mis expectativas, pero lo más importante fue que disfruté del proceso. Hoy, me siento más fuerte. La hipnosis no solo me ayudó a superar mis miedos como deportista, sino que también me enseñó a manejar la presión de manera efectiva. Estoy emocionada por el futuro y agradecida por haber tomado la decisión de buscar ayuda.
Tenía un dolor crónico debido a una lesión que nunca se curó completamente. Cada día era un desafío, y el dolor constante afectaba no solo mi bienestar físico, sino también mi estado emocional. Probé diferentes tratamientos, desde medicamentos hasta terapias físicas, pero nada parecía ofrecerme el alivio que necesitaba. Probé con varios especialistas, recomendaciones, métodos hasta llegar a la hipnosis clínica. Al principio, era escéptico sobre si la hipnosis podría realmente ayudarme, pero mi terapeuta fue increíble desde el principio. Durante las sesiones, pude explorar cómo mis emociones y el estrés estaban relacionados con mi dolor físico. Fue bueno comprender que había un componente emocional en mi experiencia de dolor que no había reconocido antes. Aprendí técnicas para manejar mi dolor y reducir la tensión en mi cuerpo. Mi terapeuta me enseñó a visualizar el dolor como una energía que podía controlar y disminuir. Con cada sesión, empecé a sentir que el dolor se volvía más manejable. Noté que podía enfrentar mis días con una nueva perspectiva y, lo más importante, menos ansiedad sobre el dolor. Comencé a disfrutar de actividades que había dejado de hacer, como salir a caminar y jugar con mis hijos. La hipnosis no solo me proporcionó herramientas para manejar el dolor, sino que también me ayudó a recuperar un sentido de control sobre mi vida. Estoy agradecido con la psicóloga Mónica Acosta por el apoyo y las estrategias que me enseño. Siento que tengo una nueva oportunidad para vivir plenamente, a pesar de mis desafíos.
Durante años, sufrí de fibromialgia, y el dolor crónico me afectaba profundamente. Cada día era una lucha; a veces, el dolor era tan intenso que me impedía hacer las actividades más simples. Intenté varios tratamientos y medicamentos, pero nada parecía proporcionar un alivio duradero. Fue entonces cuando escuché sobre la hipnosis clínica y decidí probarla como una opción para manejar mis síntomas. Desde la primera sesión entre en un estado de relajación profunda, donde pude explorar mi cuerpo y conectarme con las áreas que experimentaban dolor. Cada sesión se centró en enseñarme técnicas de relajación y visualización que podía utilizar para gestionar mis síntomas. Con el tiempo, noté que mis episodios de dolor se volvían menos frecuentes e intensos. La hipnosis me dio herramientas para enfrentar los días difíciles con una mentalidad más positiva. Después de varias sesiones, no solo sentía menos dolor, sino que también experimenté una mejora en mi calidad de vida. Comencé a participar en actividades que había evitado durante años, como salir a caminar y socializar con amigos. La hipnosis clínica no solo me ayudó a manejar mi fibromialgia, sino que también me dio una nueva perspectiva sobre mi salud y mi bienestar. La hipnosis ha sido una parte fundamental de mi viaje hacia la sanación, y estoy increíblemente agradecida por el apoyo que he recibido de parte de Mónica Acosta.
Me costaba tanto quedarme dormida que las noches se convirtieron en un tormento. Me pasaba horas dando vueltas en la cama, preocupándome por el día siguiente y sintiéndome agotada. Intenté varios remedios y tratamientos, pero nada parecía funcionar. Buscando entre varias opciones escuché sobre la hipnosis y decidí probarla. A través de la hipnosis, pude explorar las razones detrás de mi insomnio, y me di cuenta de que mi mente estaba constantemente activa debido al estrés y la ansiedad. La hipnosis me ayudó a liberar esa tensión y a reprogramar mi mente para aceptar el descanso. Poco a poco, mis noches comenzaron a mejorar. Ya no me despertaba a la mitad de la noche, y, por primera vez en mucho tiempo, pude disfrutar de un sueño reparador. Después de varias sesiones, sentí que había recuperado el control sobre mi sueño. Ya no era esclava de mi insomnio, y cada mañana me despertaba sintiéndome descansada y lista para el día. La hipnosis no solo me ayudó a superar el insomnio, sino que también me enseñó a manejar el estrés de manera más efectiva en mi vida diaria. Ahora, miro hacia atrás en ese tiempo oscuro con gratitud por el cambio que la hipnosis trajo a mi vida. Dormir bien se ha convertido en una parte natural de mi rutina, y estoy muy agradecida por haber tomado la decisión de buscar ayuda a través de la hipnosis y por haber realizado este proceso con Mónica Acosta.
Después de perder a mi madre, me encontré atrapado en un dolor profundo y constante. El duelo era abrumador y, a pesar de mis esfuerzos por seguir adelante, cada día se sentía como una lucha. La tristeza me consumía, afectando mi trabajo y mis relaciones. Me sugirieron probar la hipnosis como una forma de ayudarme a procesar mi dolor. A través de la hipnosis, pude explorar mis sentimientos y recuerdos asociados con mi madre de una manera que nunca había hecho antes. Me di cuenta de que había muchas cosas que no había tenido la oportunidad de expresar o despedirme adecuadamente, pude recordar momentos especiales y reconectar con el amor que sentía por ella. Mi terapeuta me ayudó a visualizar un espacio seguro donde podía hablar con ella, lo que me permitió expresar todo lo que había guardado dentro. Fue una experiencia liberadora y sanadora. Con el tiempo, comencé a sentir un cambio. Mi dolor se transformó en una mezcla de tristeza y gratitud por los momentos que compartimos. Aprendí a honrar su memoria de una manera positiva, y el peso que llevaba comenzó a aligerarse. La hipnosis me ayudó a comprender que el duelo es un proceso y que está bien sentir dolor, pero también es posible encontrar consuelo y seguir adelante. Hoy, me siento más en paz con mi pérdida y estoy agradecido por el apoyo de Mónica Acosta quien me ayudo como terapeuta y psicóloga en este viaje de sanación y por la oportunidad de recordar a mi madre con amor en lugar de solo tristeza.
Hace mucho tiempo, cargué con un trauma de mi infancia que afectó todas las áreas de mi vida. Había experimentado un evento doloroso que me dejó con sentimientos de miedo y desconfianza, y aunque había intentado hablar sobre ello en terapia, nunca sentí que realmente sanara. Leyendo encontré acerca de la hipnosis regresiva por lo cual decidí probar este método. A medida que entraba en la hipnosis, me di cuenta de que estaba accediendo a recuerdos que había mantenido reprimidos. En una de las sesiones, volví a la escena del trauma, pero esta vez con el apoyo de mi terapeuta Mónica Acosta. Pude ver lo que había sucedido desde una perspectiva diferente y expresar las emociones que había estado guardando por tanto tiempo. La experiencia fue intensa, pero también liberadora. Pude validar mi dolor y, al mismo tiempo, ver cómo ese evento había influido en mis creencias sobre mí mismo y mi vida. Mi terapeuta me ayudó a reescribir esa historia en mi mente, dándome el poder de sanar esas viejas heridas. Después de varias sesiones, sentí un cambio significativo. La ansiedad que había estado sintiendo comenzó a disminuir, y por primera vez en mucho tiempo, me sentí más ligero y en paz.
Un día me dio una crisis de pánico que surgío de la nada. Mi vida se volvió un ciclo de miedo constante, y cada vez que sentía que venía un ataque, me paralizaba. Las crisis me hacían evitar situaciones sociales y me limitaban en mi trabajo. Después de hablar con un conocido sobre mi situación, decidí probar la hipnosis clínica como una forma de enfrentar mis problemas. A través de la hipnosis, descubrí que muchos de mis ataques estaban relacionados con el estrés y la ansiedad acumulada en mi vida. En las sesiones, aprendí técnicas de relajación y visualización que podía usar en momentos de tensión. Empecé a notar que mis crisis de pánico se volvían menos frecuentes y menos intensas. Después de varias sesiones, tuve mi primera reunión social en mucho tiempo. En lugar de sentirme consumido por el miedo, fui más sociable. Me sentí tranquilo y confiado. Al final de la noche, estaba emocionado de haber disfrutado sin sufrir una crisis. Hoy, siento que tengo el control de mi vida de nuevo gracias a las sesiones.
Desde hace tiempo, había luchado con mi peso y sabía que necesitaba un cambio significativo en mi vida. Después de investigar varias opciones, decidí probar el balón gástrico virtual a través de la hipnosis. Al principio, dude sobre cómo algo tan intangible podría ayudarme, pero estaba dispuesto a intentarlo. La terapeuta como mi terapeuta me explico todo el proceso y me entró en un estado de relajación profunda, donde me hizo imaginar que tenía un balón gástrico en mi estómago. Me ayudó a visualizar cómo ese balón me haría sentir saciado con porciones más pequeñas de comida. Al principio, fue un poco raro, pero a medida que avanzaba la sesión, comencé a sentir una sensación real de plenitud y satisfacción al imaginarlo. Después del tratamiento, noté que mi relación con la comida cambió. Comencé a sentirme lleno más rápido y dejé de comer en exceso. Aprendí a escuchar a mi cuerpo y a reconocer cuándo realmente tenía hambre. Era como si el balón virtual me hubiera dado un nuevo enfoque sobre cómo ver la alimentación y la saciedad. A lo largo de las semanas, fui perdiendo peso de manera constante. No solo eso, sino que me sentí más en control y motivado para adoptar hábitos más saludables. El balón gástrico virtual no fue solo una herramienta para perder peso; también me ayudó a cambiar mi mentalidad sobre la comida y mi cuerpo. Ahora, me siento más ligero, tanto física como emocionalmente, y tengo la confianza de seguir adelante modificando mis hábitos alimenticios.
Desde que era niño, he tenido una fobia intensa a volar. Cada vez que pensaba en subir a un avión, me llenaba de pánico, y eso limitaba mucho mis oportunidades de viajar y ver a amigos y familiares que vivían lejos. Al principio, estaba un poco incrédulo sobre cómo funcionaría, pero mi terapeuta me hizo sentir muy cómodo desde el principio. Durante nuestras sesiones, me llevó a un estado de relajación profunda y, sorprendentemente, pude explorar las raíces de mi fobia. A través de la hipnosis, recordé un incidente de mi infancia en el que un vuelo turbulento me dejó muy asustado, y a partir de ahí, mi miedo se intensificó con el tiempo. Mi terapeuta Mónica Acosta me ayudó a reestructurar esos recuerdos y a reemplazar las imágenes negativas con pensamientos positivos sobre volar. También aprendí técnicas de relajación que podía usar antes y durante el vuelo. Después de varias sesiones, sentí que mi miedo se había desaparecido. Finalmente, decidí hacer un viaje en avión para poner a prueba lo que había aprendido. Para mi sorpresa, el vuelo fue muy diferente de lo que había imaginado. Las sesiones me ayudaron a recuperar el control sobre mi vida y a liberarme de una fobia que me había mantenido atado durante tanto tiempo. Ya hoy es diferente y me siento más libre para salir de viaje.
Desde que era joven, he luchado por controlar mi ira y mis emociones. A menudo me encontraba en situaciones donde mis reacciones eran desproporcionadas, lo que afectaba mis relaciones con familiares, amigos y compañeros de trabajo. Después de un episodio particularmente fuerte, decidí que era hora de buscar ayuda y encontré a Mónica Acosta quien, mediante la hipnoterapia, encontré una solución. A través de la hipnosis, pude acceder a momentos de mi vida que habían influido en mis reacciones, como experiencias de mi infancia y situaciones estresantes que nunca había procesado adecuadamente. Poco a poco, empecé a entender que mi ira a menudo era una respuesta a la frustración y el miedo. La hipnosis me ayudó a identificar esos desencadenantes y a desarrollar estrategias para manejar mis emociones de manera más saludable. Aprendí a pausar antes de reaccionar y a expresar mis sentimientos sin dejar que la ira me controlara. Siento que he hecho grandes progresos. Ya no tengo ataques de ira he aprendido a comunicarme mejor con los demás. La hipnosis no solo me ayudó a controlar mi ira, sino que también me dio las herramientas para enfrentar mis emociones de una manera más constructiva. Me siento más en paz y en control de mi vida, y estoy agradecido por el apoyo que he recibido en este proceso.
He luchado con mi peso y mi relación con la comida. Había probado dietas y programas de ejercicios, pero siempre terminaba volviendo a mis viejos hábitos. Mi autoestima estaba por los suelos y me sentía atrapada en un ciclo del que no podía escapar. Fue entonces cuando busque la hipnosis como una forma de abordar el problema desde un enfoque diferente. A través de la hipnosis, pude explorar las emociones y patrones que me llevaban a comer en exceso. Me di cuenta de que muchas veces comía para lidiar con el estrés y la tristeza, en lugar de escuchar realmente a mi cuerpo. La hipnosis me ayudó a cambiar mi mentalidad hacia la comida y a desarrollar una relación más saludable con ella. Con el tiempo, comencé a notar cambios en mi comportamiento. Me sentía menos ansiosa y más consciente de mis elecciones alimenticias. Ya no tenía esa compulsión por comer cada vez que estaba estresada. Además, aprendí a disfrutar de las comidas y a elegir opciones más saludables sin sentir que me estaba privando de algo. Ahora, después de varias sesiones, he perdido peso y lo más importante, he ganado confianza en mí misma. La hipnosis no solo me ayudó a reducir mi peso, sino que también transformó mi forma de ver la comida y mi cuerpo. Me siento más feliz y empoderada en mi camino hacia una vida más saludable, gracias totales a la hipnoterapeuta Monica quien me guio en este proceso.
Desde que tengo memoria, he lidiado con la ansiedad. Me sentía constantemente nervioso, y mi vida social se volvió muy limitada. Después de hablar con mi médico, decidí buscar ayuda a través de la hipnosis clínica. Tenía mis dudas con lo de la hipnosis, pero estaba desesperado por encontrar una solución. Después de varias sesiones, noté un cambio real en mi vida. Mis ataques de ansiedad se volvieron menos frecuentes y menos intensos. Aprendí técnicas para el autocontrol que me ayudaron a enfrentar situaciones estresantes con más confianza. Ahora puedo salir con amigos y disfrutar de actividades que antes evitaba. La hipnosis clínica no solo me ayudó a manejar mi ansiedad, sino que también me dio una nueva perspectiva sobre mí mismo y mi capacidad para superar mis miedos. Gracias gracias Mónica
Durante años luché con la depresión, probando diferentes terapias y medicamentos, pero nada parecía hacer una diferencia real. Me sentía atrapado en una oscuridad constante. Buscando testimonios en internet, encontré que con la hipnosis clínica . Mónica Acosta me explicó cómo funcionaba la hipnosis, y juntos comenzamos a trabajar en sesiones semanales. Durante las sesiones, me llevaron a un estado de relajación profunda, donde pude acceder a pensamientos y emociones que había bloqueado durante mucho tiempo. Descubrí que había heridas emocionales y creencias negativas sobre mí mismo que arrastraba desde mi niñez. A través de la hipnosis, logré enfrentar y procesar esos sentimientos en un ambiente seguro. No fue una cura milagrosa de la noche a la mañana, pero con el tiempo empecé a notar que esos momentos de desesperación profunda se hacían menos intensos y más manejables. Hoy, después de varias sesiones, siento que he recuperado el control sobre mi vida. Las terapias me ayudaron a liberar el peso emocional que llevaba, y ahora tengo más claridad y herramientas para lidiar con los días difíciles. No solo me ayudó a salir de ese estado oscuro, sino que también me dio una nueva perspectiva sobre mí mismo y mi bienestar.
Llevaba mucho tiempo lidiando con ansiedad, pero llegó un punto en el que ya no podía más. Mi ansiedad me afectaba en todo: el trabajo, las relaciones, e incluso mi salud física. Después de probar varios tratamientos sin mucho éxito, decidí intentar la hipnosis clínica. Al principio no sabía si funcionaría, pero me sorprendió lo efectiva que fue. Durante las sesiones, mi terapeuta Mónica Acosta me llevo a un estado de relajación profunda, lo que me permitió conectar con las raíces de mi ansiedad. Descubrí que muchos de mis miedos y preocupaciones venían de experiencias pasadas que no había procesado correctamente. A través de la hipnosis, pude enfrentarlas y reprogramar mi respuesta emocional ante ellas. Lo más increíble fue cómo, poco a poco, los ataques de ansiedad se fueron haciendo menos frecuentes e intensos. Después de varias sesiones, me siento más en control de mis emociones y mucho más tranquilo en mi vida diaria. La hipnosis clínica cambió completamente mi forma de manejar la ansiedad, y me dio herramientas que aún sigo usando.
Siempre tuve una sensación de miedo profundo al estar en el agua, sin ninguna razón aparente, ya que nunca había vivido una experiencia traumática relacionada con ello. En un viaje a Boyacá un luego de estar hablando con unas personas que conocí, me compartieron una experiencia sobre regresión a vidas pasadas a través de la hipnosis y decidí intentar para ver si podía encontrar alguna respuesta. Durante la sesión, entré en un estado de relajación muy profundo, y de repente empecé a ver imágenes de una vida completamente diferente. Me vi en otra época, en un barco, y experimenté la sensación de caer al mar y ahogarme. Fue una experiencia muy vívida y emocional. Aunque al principio me costó procesarlo, mi terapeuta me ayudó a entender cómo esa experiencia de una vida pasada podía estar influyendo en mi miedo actual al agua. Después de la sesión, noté un cambio significativo en mi relación con ese temor. Ya no sentía la misma angustia irracional al estar cerca del agua, como si algo dentro de mí se hubiera liberado. La regresión a vidas pasadas me ayudó a sanar un miedo que nunca había entendido, y fue una experiencia profundamente transformadora. Mónica Acosta fue esa profesional quien me ayudo a realizar la regresión de una manera seria y con un respeto profundo sobre las creencias que se tiene frente a la regresión de supuestas vidas pasadas.
Decidí probar la hipnosis porque siempre sentí una desconexión conmigo mismo, una sensación de no pertenecer que no podía explicar. Busqué en internet una terapeuta y me encontré con Mónica Acosta quien me sugirió hacer una regresión al vientre materno, algo que al principio me pareció un poco extraño, pero confié en el proceso. Durante la sesión, me sentí profundamente relajada, y de repente empecé a tener recuerdos o sensaciones de estar en el útero de mi madre. Lo más impactante fue sentir un ambiente de mucha tensión y tristeza. Me di cuenta de que mi madre había pasado por un momento muy difícil durante el embarazo, algo que yo nunca había sabido. Esa experiencia, aunque difícil de comprender al principio, me ayudó a ver de dónde venía mi sensación de vacío y desconexión. A medida que avanzamos en las sesiones, sentí que algo se liberaba dentro de mí. Empecé a sentirme más conectado con mi vida y conmigo mismo, como si finalmente hubiera encontrado una parte de mi historia que necesitaba sanar.
Decidí probar la hipnosis porque llevaba tiempo sintiendo una tristeza profunda y una sensación de vacío que no podía entender. Mi terapeuta me sugirió hacer una regresión a la infancia para explorar si había algo en mis primeros años que pudiera estar afectándome. Al principio, estaba nerviosa, pero durante la sesión, me fui relajando y sorprendentemente, empecé a recordar momentos de cuando era muy pequeño, cosas que no había pensado en años. Reviví situaciones de mi infancia que me ayudaron a darme cuenta de cómo ciertas emociones y miedos que tenía de niño seguían presentes en mi vida adulta. Fue como ver todo desde otra perspectiva y realiza sanación de mi niña interior y después de la sesión sentí que iba soltando cargas que ni siquiera sabía que llevaba. Hoy que he sanado mi niña interior agradezco a la terapeuta Mónica Acosta por permitirme experimentar esto tan bello.